9 de marzo de 2009

La Burbuja de Cristal

Empresario vs Accionista vs Ejecutivo.

Profesionalmente, desde hace años utilizo un símil, La burbuja de Cristal, que en estos momentos quiero compartir, pues puede servir a quienes no posean experiencia directa en empresas multinacionales sin embargo estén estos días escuchando (y sufriendo) todo tipo de comentarios respecto a las consecuencias de las actividades que vienen desarrollando.
En las multinacionales, a diferencia de las pequeñas y medianas empresas, lo habitual suele ser que quién toma las decisiones sean los Ejecutivos, no los propietarios ya que el nivel de representatividad de estos queda tan difuminado que salvo excepciones lleva a limitarse a una retribución por dividendos y poco más. La ley que define los consejos de Administración, su constitución y capacidades difiere poco en unos y otros países ya que al fin y al cabo quien “define” los límites son los propios lobbys.
Así pues en ese marco los Ejecutivos desarrollan los Objetivos y las Acciones correspondientes en función de sus propios intereses, que lógicamente pasan por cumplir el Beneficio esperado, pero obviando muchos aspectos que tendría esa misma empresa si estuviera controlada por personas ligadas al futuro e imagen de la empresa, es decir Empresarios.
Así pues las personas que dirigen la empresa van, con el tiempo, especializándose en la obtención de sus objetivos propios a corto plazo, amplificando los valores internos y obviando dentro de la organización una visión a medio plazo y evitando una perspectiva más global en tiempo y forma, lo que llamo encerrarse en la “Burbuja de Cristal”.

El ejecutivo hace algunos años, en su formación, desarrollaba la capacidad de criticar los procesos internos, de usar el Benchmarking, es decir replicar las mejores experiencias externas e internas, analizar el mercado, sus necesidades para una mejor formación interna.

Sin embargo durante los últimos veinte años el crecimiento económico mundial ha provocada una carrera dónde la especulación económica, los mercados de capitales, las puntocom, ha ido provocando una situación dónde los crecimientos esperados, tan altos, han impedido un trabajo a medio plazo. Se ha pasado en la sociedad, y en las multinacionales de forma amplificada, a obviar cualquier visión hacia el exterior, lo cual está llevando a que ejecutivos, mejor formados técnicamente, se hayan ido encerrado en esa burbuja dónde quién asoma la cabeza probablemente quede anulado por la velocidad a la que se avanza.
Dentro de la burbuja cosas que desde fuera parecen inconcebibles, son asumidas como normales, basta ver los ingresos, bonos y gastos que empresas en situación muy complicada han dedicado a las remuneraciones de ejecutivos, no sólo de primer nivel; sin embargo ahora vemos que la burbuja, en muchos casos era de cristal.
Un ejemplo curioso es cómo se ha utilizado la Responsabilidad Social Corporativa, pacto Mundial que las multinacionales corrieron a firmar por lo que de Marketing supone, para luego en situaciones como la actual olvidarse rápidamente de los aspectos éticos y de transparencia en la presentación de cuentas, por ejemplo, si los bancos no se fían de las cuentas del resto de bancos que vamos a decir de la transparencia del resto de multinacionales.
La burbuja es también la responsable de que muchas de ellas estrangulen a sus propias empresas colaboradoras, ahí tenemos sectores como construcción, distribución alimenticia o concesiones de grandes marcas; la burbuja lleva en la situación actual a definir estrategias a muy corto plazo sin preocuparse para nada de la Imagen corporativa (Reputación Social) que pueda quedar después de superada la actual situación.
El empresario no puede permitirse esto lo pagará no sólo con dinero sino con imagen, sin embargo se acepta que los ejecutivos, como estaban en su burbuja, salgan tan tranquilos ya que además la sociedad apenas los responsabilizará (se habla estos días de rescate de bancos manteniendo a sus responsables en el cargo!), es más se hablará de los accionistas como responsables de los males provocados por la economía de mercado.
Claro está que esta separación entre las figuras de empresario, accionista (individual o a través de fondos de inversión) o Ejecutivo no siempre son líneas diáfanas que separen personas ya que en muchos casos se convive con las distintas figuras, pero lo mismo ocurre con el concepto de trabajador o autónomo son dos formas que conviven e imprimen cada una su carácter al individuo.
Cuándo en nuestra sociedad se valore menos el pelotazo o la fama y más la aportación social, quizá la imagen de los empresarios mejore pero para ello y para separar mejor el grano de la paja, tenemos que desarrollar el conocimiento de la economía y empresa y así podremos avanzar de una forma sostenible aún que a menor velocidad.

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