16 de mayo de 2011

El voto en blanco y la ley d´Hondt

Hace algunos días me llegaba un acceso a una página dónde se reclamaba para las próximas elecciones el voto en blanco y la abstención.
A la vista de la confusión que se está creando, de buena o mala fe, respecto a la utilidad o no del voto, en especial en blanco quiero poner mi grano de arena desarrollando algún aspecto que muchas veces se ocultan.


En este caso hablando de las resultantes de la actual normativa que en muchas ocasiones pasan desapercibidas dado que nos hemos acostumbrado a tratar el tema como si de un Madrid-Barça se tratara, para explicarlo enunciaré algunos de los errores más comunes derivados de la aplicación de la ley; utilizo para ello datos reales de un Ayuntamiento en las últimas elecciones municipales.

- La mayoría absoluta de concejales se corresponde a una mayoría popular.
El 46% de votantes votó centro derecha y el 54% centro izquierda, los primeros consiguen la mayoría absoluta. Cosas de la Ley D´Hondt.

- La abstención es una muestra de desacuerdo con los políticos.
O de consentimiento ya que se permite así a las minorías en el poder, aumentarlo. Puede ser evaluada como considere cada uno pero desde el punto de vista práctico implica dejar en manos de los acérrimos las decisiones, es como si los “ultras” de los equipos de fútbol eligieran al presidente.

- El voto en blanco es un castigo al poder.
No existe ese jurado ético que define si las elecciones se han obtenido con más o menos votos, existe una Ley que dice todo lo contrario es decir el voto en blanco favorece al partido mayoritario; por un lado restando votos a opciones que no teniendo el poder no pueden considerarse responsables de los errores de los que lo tienen y por otro haciendo más difícil la entrada de minoritarios dado que los partidos en minoría tienen que obtener un 5% de los votos válidos por lo que los únicos que resultan penalizados son probablemente aquellos a los que menos se quiere penalizar.
En el caso comentado, con el 4,86% de los votos el tercer partido quedó fuera del ayuntamiento, ¿si lo hubieran sabido los votantes del voto en blanco y el nulo hubieran votado igual? No lo sabremos nunca.

-La representación es proporcional al deseo popular
Esta es la gran falacia que se produce por la bipolarización de la política, también en eso se parece al fútbol, cada día nos alejamos más de esa situación ideal.
En el caso: se obtiene un concejal con 4226 votos y dos partidos con 7014 y 4659 no obtienen representación al aplicarseles la susodicha norma del 5%. Para ser exactos regalan dos concejales ya que ambos partidos concurrieron juntos en algunas circunscripciones pero no aquí dónde simplemente por 201 votos el primero de ellos hubiera provocado que gobernara el partido que ha estado en minoría estos cuatro años.


En su momento se creó una ley que quería evitar el exceso de partidos en los parlamentos pero hemos creado un monstruo llamado bipartidismo del cual es imposible salir si no provocamos la entrada de minoritarios ya que la norma favorece a los grandes (incluidos los que lo son en su autonomía) y ellos son los que podrían cambiarla pero en el reparto del poder sí están de acuerdo.
Por todo ello sigo creyendo que aún que resulte redundante, tras treinta años de vigor de la ley electoral actual, debe cambiarse con urgencia a
- Listas abiertas y/o al menos, reducir al 3% el mínimo necesario en lugar del actual 5%

Pero mientras tanto y aún cuando estemos en desacuerdo con las políticas desarrolladas, opino que debemos "Elegir" ya que existen suficientes propuestas y al menos así no seremos cómplices por acción u omisión.

 
 
Datos Ayto Alicante
http://www.infoelectoral.mir.es/min/busquedaAvanzadaAction.html;jsessionid=580FCF038AD434E87147E60A7E8A681E.app1vuelta=1&codTipoEleccion=4&codPeriodo=200705&codEstado=99&codComunidad=17&codProvincia=3&codMunicipio=14&codDistrito=0&codSeccion=0&codMesa=0

13 de mayo de 2011

Comercio justo, el café y las cápsulas

En algún blog anterior hablaba de la importancia que adquiere cada vez más a nivel mundial el comercio justo; y ahora propongo que nos tomemos un café mientras reflexionamos acerca de qué es lo que hacemos cada uno de nosotros.
La que ha sido una de mis tareas profesionales, el marketing, imprime carácter y hace que sea uno de esos bichos raros a los que les gustan los anuncios, algunos claro, y que, cuando ve una acción de marketing interesante, la siga con cierto detalle.

Desde hace unos tres años, una de las acciones más exitosas ha sido la de las cápsulas de café y en eso, hay que reconocerlo ante todo, la imaginación del ser humano no tiene límites; este es uno de esos ejemplos. ¿Cómo podíamos imaginar que habría tiendas dónde se hacen colas enormes para ir a recoger el café como si estuviéramos ante una carencia de stock mundial?, ¿cómo podíamos imaginar que el color del envase sería más importante que el aroma a la hora de elegir esta infusión?, ¿cómo podíamos imaginar que todo el mundo desarrollado iba a cambiar sus cafeteras por decisión de la imaginación suiza (digo yo)?.

Pero, una vez reconocido el mérito del creador, me faltan argumentos para aceptar las razones de los usuarios. Ya sé que casi todos lo somos, pero aun así me niego a aceptar la falta de autocrítica y he decidido ser el último que se pasará al café en cápsulas y daré mis argumentos que aún siendo muy simples no los veo reflejados:

En primer lugar, el comercio justo, hay que entenderlo como una de las formas más "naturales" de equilibrar las grandes diferencias económicas entre continentes y países, siempre que los más ricos no utilicen precisamente esa riqueza para impedir mediante aranceles, subvenciones o normativas exageradas que dichas diferencias disminuyan.
El café es un producto barato en origen y, aunque dominado por grandes empresas, supone una de las mayores rentas de miles de personas y de países, desde luego, más pobres que Europa.
El café encapsulado viene a suponer un precio seis veces más caro por kilo para el usuario final, con una reducción de un 20% aproximadamente de consumo real de café dada la tecnología usada.
Eso sí, los fabricantes de aluminio, plásticos y otros productos que ahora se supone deben reciclarse, aunque los propios fabricantes reconocen que no se podrá hacer hasta 2013, también ganan aunque esto suponga un mayor consumo energético a pesar de que esas empresas, lógicamente, cumplen las normativas medioambientales exigibles.
Tengo claro que el café es más cómodo de preparar, que también está bueno y que no vamos a salvar a Colombia, Arabia o Brasil con no usar las cápsulas, pero cuando veo como el consumismo exagerado hace olvidar cualquier tipo de autocrítica, hasta que algún documental televisivo nos lo muestre, me asombro tanto como me ha asombrado la imaginación del creador de la idea.

Un cafetero