17 de junio de 2009

La imagen del empresario

Desde mi experiencia, mantengo la falta de cultura empresarial de nuestro país, dónde se hace uno “importante” por dirigir un equipo de fútbol pero no por estar veinte años al frente de varias de las mayores empresas del país.
Claro está que eso no sólo le pasa al empresario, pero cuando la noticia es el comportamiento incivilizado de alguno, como ha ocurrido estos días con el trato dado a un trabajador boliviano de una panificadora, se reflejan una serie de aspectos sobre los que aprovecho para reflexionar a través del blog.
Lo obvio es que existen incivilizados en todas las facetas de la actividad humana y que el interés económico no puede prevalecer sobre la seguridad de las personas, especialmente cuando han costado años alcanzar unas normas de seguridad en el trabajo que por un lado protegen al trabajador, pero no lo olvidemos, también benefician al empresario tanto por las relaciones laborales como por su imagen empresarial.
Está claro también que en la imagen del empresariado este tipo de situaciones viene a corroborar esa falsa, pero bastante generalizada, imagen del explotador egoísta que sin embargo no concuerda con la gran mayoría de empresarios que precisamente en estos momentos está tratando de salvar la empresa, es decir millones de nóminas, sin pensar demasiado en si en el balance que presente en diciembre habrá o no beneficios a repartir.

Sin embargo quisiera comentar algún aspecto que no sé si es tan obvio, probablemente por que solemos ver muy claramente la paja en ojo ajeno pero no tanto la viga en el propio, me refiero a aspectos que socialmente son incluso objeto de palmadas en la espalda y han sido un distintivo social en los últimos años tan dados a la especulación.
Hablo de la contratación irregular, que teóricamente todos rechazamos, pero que luego cuando en la práctica a alguien le ofrecen cobrar un veinte por ciento más es rápidamente aceptada e incluso cuando a algún conocido le decimos lo inconveniente de aceptar esos trabajos, saltan los “amigos” que le dirán aquello de no seas tonto cógelo.
Habíamos avanzado en los últimos años pero en este tema hemos dado pasos hacia atrás y la economía sumergida ha vuelto a crecer, lo dicen muchos indicios económicos como por ejemplo el movimiento de los billetes de 500€, pero esto no sólo es responsabilidad de empresarios también de una sociedad que lo aplaude como vemos en recientes casos políticos y de inspecciones de la administración que han estado mirando hacia otro lado.

Otro de los aspectos que socialmente debiera replantearse es el trato que hemos dado a la situación de los extranjeros; La Regularización trajo consigo abrir los ojos a la importancia de un trabajo ilegal por parte de una buena parte de la población activa como son los inmigrantes, sin embargo fue muy criticada por muchos. Cuando ahora vemos peligrar el nivel de cotizaciones a la Seguridad Social, sí se acuerda todo el mundo de ellos. Claro que algunos mal informados siguen diciendo aquello de que se les paga el paro, como si ese dinero no lo hubieran aportado cada uno de ellos.

En resumen nuestra sociedad necesita valorar más desde mi punto de vista el esfuerzo de tantos empresarios que en estos momentos de crisis tratan de sacar adelante los puestos de trabajo de nuestras empresas y una de las formas de hacerlo es con exigencia del cumplimiento de las normas éticas a todos, empresarios, asalariados y la sociedad en su conjunto.